-Martha?... hay un
hombre desnudo en mi cama… ¿Martha?, te estoy diciendo que hay un hombre…
-Sí, te oí desde la primera vez, es solo que me dejaste perpleja y no
supe que decir… ¿Es guapo?
-¡Martha!
-Bueno, ¿Qué quieres que pregunte? … ¿Lo es?
-Eso ni importa.
-¡Claro que sí! Que lo sea cambia la cosa.
-¡No cambia nada!
Hay un hombre en mi cama y punto.
-¿Y qué hace?
-Está dormido.
-¿Dormido? ¿Trataste de despertarlo?
-¡Martha!
-Pa’ saber quién es, qué quiere.
-¡Ni loca, qué tal
si se me echa encima… No te rías Martha, esto es serio… ¿Qué hago?
-Pues yo ya te dije, todo depende.
-¿De qué?
-De que sea guapo o no ¿Lo es?
-…A decir verdad,
lo es… ¡Y mucho!
-¿Y qué esperas para echártele encima ahora que está desprevenido? Si está
en tu cama desnudo es que algo quiere ¿O no?
-¡Martha!
-¿No dices que está dormido? Pues corre a él y sírvete.
-¡Martha, que cosas
dices!
-¡Ay Patricia, de veras que nada quieres! Además ya ni la amuelas, llevamos
como media hora hablando puras bobadas, se me hace que tienes miedo a la noche
de bodas y por eso tu pobre marido ya hasta se quedó dormido.
-Ja, ja, ja, no del
todo amiguita, ¡Luego te cuento!
Blanca E. Toledo Minutti
salamandra1313@gmail.com
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