Mtro. Jesús Faustino Olmos de la Cruz
La
historia contiene a menudo pasajes que con el tiempo se van olvidando: nombres,
eventos, decisiones, muchas veces por omisión, por intención, por falta de documentación,
o bien por falta de interés, tal es el caso del primer combate aeronaval del
mundo, que fue la primera batalla entre barcos y aviones, y ésta ocurrió
durante la Revolución Mexicana, conflicto que a menudo creemos que solo ocurrió
en tierra firme.
En
febrero de 1913, una revuelta dirigida por unidades disidentes del ejército en
la Ciudadela, un barrio de la Ciudad de México, provocó la renuncia del
Presidente Madero y su posterior ejecución. Este golpe de estado, llamado “La
Decena Trágica” (duró 10 días) contó con la ayuda del embajador estadounidense
Henry Lane Wilson; además de algunos oficiales claves de la guarnición,
incluyendo al General Victoriano Huerta, que antes era leal a Madero, pero
ahora se había unido a los rebeldes.
Victoriano
Huerta usurpa el cargo de Presidente de México, de inmediato, Venustiano
Carranza, gobernador de Coahuila, declaró traidor e inconstitucional a Huerta,
y proclamó el Plan de Guadalupe, en el que se rebelaba abiertamente contra este
nuevo gobierno. Lo apoyaron caudillos de renombre: Francisco Villa con la
poderosa División del Norte, Pablo González, al mando de la División del
Noreste, y Álvaro Obregón, encargado de la metódica División del Noroeste. Otro
que se sublevó contra Huerta fue Emiliano Zapata, en los estados del sur
próximos a la Capital.
Uno
de los estados del país que más activamente se pronunció contra Huerta fue
Sonora, su gobernador Ignacio L. Pesqueira, viendo la posibilidad de enfrentar
acciones bélicas, contrata en Estados Unidos al piloto francés Didier Masson y
a su mecánico James Dean, que trabajaban en un circo americano, se les dio
dinero con el cual compraron un biplano Martin Pusher, con motor de 75 hp, no
obstante, la nación americana había establecido un embargo a México, pues
apoyaba el gobierno Huertista, y la aeronave fue detenida en la aduana en
Nogales. Sin embargo, el avión fue desmontado, guardado en varias cajas de
madera y cruzó secretamente la frontera durante una noche a lomo de mula, para
luego ser reensamblado, se bautizó al avión con el nombre “Sonora” el 15 de
mayo de 1913, y fue puesto a disposición de las fuerzas del sonorense Álvaro
Obregón.
El
30 de mayo de 1913, Didier Masson y Joaquín Bauche salieron en el Sonora para
lanzar sus bombas caseras contra los barcos, ninguna de las cuales hizo impacto
físico en algún navío, lo que sí se logró fue un golpe anímico a los marinos,
quienes en su gran mayoría simplemente se lanzaron al mar, temerosos de que
otro ataque ahora sí diera en el blanco, otros menos, tomaron sus rifles e intentaron
disparar al avión, sin embargo el poco alcance de estas armas no fue enemigo
para la aeronave, los barcos no podían utilizar sus cañones, pues lógicamente,
no habían sido diseñados para repeler un ataque aéreo, sus torretas no podían
elevarse lo suficiente para lograr un impacto, ni tenían sistemas de corrección
de tiro, como en la actualidad. Aquella primera acción, dado que implicó el
ataque aéreo a un barco, y desde éste hubo fuego contra el avión, es
considerado por algunos como el primer combate aeronaval del mundo.
Sin
embargo, muchos otros piensan que ese 30 de mayo no debe considerarse como un
auténtico combate aeronaval, pues no se logró repeler el ataque con los barcos,
además todos los navíos eran del mismo bando. Aun así, el honor del primer
combate aeronaval sigue recayendo en el Sonora, en una acción posterior .
Mientras
tanto, en Guaymas, la flota militar seguía estacionada en el puerto, el 24 de
febrero de 1914 hubo un motín en el Tampico, aunque sin violencia, los
tripulantes expulsaron a su capitán Manuel Castellanos, se dice que por
cuestiones de dinero, o bien por cuestiones de faldas, y su lugar lo ocupó el
Tte. Hilario Rodríguez Malpica, simpatizando ahora con la causa
Constitucionalista, el buque renegado abandonó Guaymas, en medio del fuego de
las demás embarcaciones, severamente dañado, el Tampico fondeó en el puerto de
Topolobampo, Sinaloa, una plaza que ya estaba en poder del ejército de Obregón.
Un intenso combate inició entre las embarcaciones, el Tampico que estaba sucumbiendo una vez más ante el
Guerrero, cuando la distancia entre ambas naves fue crítica, desde la costa una
figura se acercaba, era el Sonora, pilotado por Gustavo Salinas, y acompañado
por Teodoro Madariaga, en esta ocasión portaban bombas caseras en unos soportes
adaptados bajo las alas.
El
Sonora sobrevoló al Tampico y se lanzó sobre el Guerrero, al cual le lanzaron
sus bombas, éstas pegaban en uno de los costados y en sus cercanías, levantando
grandes chorros de agua. El pánico cundió entre los marineros, que se lanzaron
al mar. Luego de evaluar los daños, Ignacio Torres ordenó la retirada
inmediata, por primera vez en la historia el uso del avión había decidido el
curso de una batalla, los buques de guerra estaban indefensos ante esta nueva
amenaza. Luego de la Batalla de Topolobampo, que muchos califican como el
primer combate aeronaval de la historia (y no el de Guaymas), se perdió el
dominio absoluto huertista en el mar, aunque participó en algunas batallas más,
los barcos federales nunca se acercaron de nuevo a la costa por temor a un
ataque aéreo.
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