domingo, 20 de enero de 2013

Promueve turismo de aventura Luis R. Caballero


Su inclinación por la cacería le viene de su abuelo paterno; su última incursión fue en septiembre reciente en Yukón, Canadá y el año próximo proyecta estar en Sudáfrica

La apacibilidad del paradisíaco lugar cautiva, el silencio es irrumpido por fauna propia del espeso bosque y las hermosas montañas, que lucen como arrancadas de un lienzo o de una tarjeta postal.

Pero no, se trata del Estado de Yukón, en Canadá, cuya capital Withehorse lo esperó para un prolongado y serpenteante camino vecinal, luego de dejar el pavimento, hasta arribar a la comunidad de Caesar Lake Map, donde le espera Choche, su guía y compañero por espacio de dos semanas.

Llegó al lugar por recomendación de un explorador suizo al que conoció en San Carlos, Nuevo Guaymas,

Vive la gran aventura cinegética Luis Rodolfo Caballero Pavlovich y cuya afición natural le viene de su abuelo paterno, don  Humberto Pavlovich, bastante conocido en este medio, aunque también de su padre del mismo nombre, quien hace tiempo dejó tan pesado y extenuante afición por algo más tranquilo..

La búsqueda de la entrevista en sí, era con su abuelo, don Rafael T. Caballero para que diera a conocer los avances relacionados con la organización y celebración del Cincuentenario de San Carlos, hecho de trascendencia internacional que se cumplirá el año próximo.

Pero luego de dialogar por espacio de una hora con don Rafa y tratar de componer el mundo, me dice que la novedad es su nieto, Luis Rodolfo Jr., quien acaba de regresar de Canadá.

De cacería, entre alces y carpas, pues combinó la cacería con la pesca, por lo que enseguida se concertó la entrevista que a continuación damos a conocer, siendo la segunda de una serie de tres crónicas deportivas sobre acciones y personajes relevantes en diversos géneros.

Ir de cacería, así sea el lugar más sencillo, resulta una aventura; pero si esta está rodeada de nieve y hielos eternos, expuestos a  temperaturas a las que no estamos acostumbrados en esta zona del país, pues ya es otra cosa.

Tales emociones, vivencias y experiencias enfrentó en desafío abierto a la naturaleza Luis Rodolfo Caballero Pavlovich, luego de cruzar la Unión Americana para llegar al intenso frío del Canadá, en Yukon, precisamente.

Al lugar, denominado Caesar Lake, de unos ocho mil habitantes, describe, llegó para emprender la cacería y pesca deportiva, acompañado de un guía que por sus características físicas le apodó “Choche”, quien fue su inseparable compañero en su estancia del diez al 23 de septiembre reciente.

Se trata de una comunidad bastante apacible, donde sus residentes conviven con la naturaleza y la protegen; consumen alimentos que ellos mismos producen y aprovechan todo lo que la madre naturaleza les ofrece en cuanto a la producción de frutos silvestres.

Caballero Pavlovich es un consumador cazador-explorador, quien en un plan investigatorio, también ha estado con los mismos en diversos puntos de nuestro país y en la Unión Americana en entidades como Nuevo México y Arizona, Colorado, Texas y Oregon, entre otros.

Ir, conocer las piezas a cazar, establecer contacto con su gente y luego llevar a más compañeros, es la finalidad, al margen de disfrutar sus vacaciones en el deporte que le apasiona; la cacería y pesca deportiva.

Se tienen que cubrir una serie de requisitos y, sobre todo, cumplir con sus normas y reglas, pues cualquier violación a estas y cuidado, hay veto de por vida, aparte de una fuerte sanción económica que nadie desea enfrentar y no por su costo, sino por perder la oportunidad de convivir con la naturaleza y su fauna.

A pesar de que el viaje lo hizo en lo que para los canadienses es el verano, se vive en esa `época un clima del desierto, con un extraño calor en el día y frío en la noche; “ha sido uno de los veranos más intensos, con temperaturas hasta de 24 grados”, dice.

Y planea una nueva aventura que tiene como destino final Sudáfrica, por allá en el próximo verano, establece

Un vuelo de Tucson a Los Ángeles, California, Estados Unidos, de allí a Vancouver, ya en tierras canadienses y de allí en vehículo al destino final, en esos paradisíacos escenarios.

Va solo en este viaje, aunque su propósito es organizar un safari con un numeroso grupo, ya sea de esta región o de otras latitudes de nuestro país o bien de Estados Unidos, donde ha hecho migas con otros cazadores, pues su espíritu ávido de aventuras le ha llevado a esos lugares.

Antes que nada, describe, está el absoluto respeto a la naturaleza; cazar lo que está establecido sin romper con el entorno.

Son días en los que comparte con los amigos hechos allí, con Choche, cuyo nombre desconoce, pero que le aplica el mote al recordar a uno de los integrantes del desaparecido grupo musical Bronco, algo que por supuesto desconoce el personaje en referencia.

México, Estados Unidos y Canadá han sido testigo de sus cuitas y Sudáfrica es el siguiente objetivo.

Para poner a Guaymas en el plano internacional de está práctica, así como lo han hecho otros guaymenses.

Con la diferencia de que Luis Rodolfo, quien se desenvuelve como pez en el agua en los negocios de bienes raíces y otros de la familia, pretende atraer visitantes al lugar que cuenta con la vista más hermosa del mundo: San Carlos, Nuevo Guaymas.

Así transcurrieron los días de su gran aventura en un Estado y país que actualmente en esa misma zona, debe estar a bastantes grados bajo cero y que apenas en septiembre resintió la temperatura más elevada de los últimos años; hasta 24 grados centígrados, algo así como lo que nosotros tenemos, en pleno diciembre.

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