Su inclinación por la cacería le viene de su
abuelo paterno; su última incursión fue en septiembre reciente en Yukón, Canadá
y el año próximo proyecta estar en Sudáfrica
La apacibilidad del paradisíaco lugar
cautiva, el silencio es irrumpido por fauna propia del espeso bosque y las
hermosas montañas, que lucen como arrancadas de un lienzo o de una tarjeta
postal.
Pero no, se trata del Estado de Yukón, en
Canadá, cuya capital Withehorse lo esperó para un prolongado y serpenteante
camino vecinal, luego de dejar el pavimento, hasta arribar a la comunidad de
Caesar Lake Map, donde le espera Choche, su guía y compañero por espacio de dos
semanas.
Llegó al lugar por recomendación de un explorador
suizo al que conoció en San Carlos, Nuevo Guaymas,
Vive la gran aventura cinegética Luis Rodolfo
Caballero Pavlovich y cuya afición natural le viene de su abuelo paterno,
don Humberto Pavlovich, bastante conocido en
este medio, aunque también de su padre del mismo nombre, quien hace tiempo dejó
tan pesado y extenuante afición por algo más tranquilo..
La búsqueda de la entrevista en sí, era con
su abuelo, don Rafael T. Caballero para que diera a conocer los avances
relacionados con la organización y celebración del Cincuentenario de San
Carlos, hecho de trascendencia internacional que se cumplirá el año próximo.
Pero luego de dialogar por espacio de una
hora con don Rafa y tratar de componer el mundo, me dice que la novedad es su
nieto, Luis Rodolfo Jr., quien acaba de regresar de Canadá.
De cacería, entre alces y carpas, pues
combinó la cacería con la pesca, por lo que enseguida se concertó la entrevista
que a continuación damos a conocer, siendo la segunda de una serie de tres
crónicas deportivas sobre acciones y personajes relevantes en diversos géneros.
Ir de cacería, así sea el lugar más sencillo,
resulta una aventura; pero si esta está rodeada de nieve y hielos eternos,
expuestos a temperaturas a las que no estamos acostumbrados en esta zona
del país, pues ya es otra cosa.
Tales emociones, vivencias y experiencias
enfrentó en desafío abierto a la naturaleza Luis Rodolfo Caballero Pavlovich,
luego de cruzar la Unión Americana para llegar al intenso frío del Canadá, en
Yukon, precisamente.
Al lugar, denominado Caesar Lake, de unos
ocho mil habitantes, describe, llegó para emprender la cacería y pesca
deportiva, acompañado de un guía que por sus características físicas le apodó
“Choche”, quien fue su inseparable compañero en su estancia del diez al 23 de
septiembre reciente.
Se trata de una comunidad bastante apacible,
donde sus residentes conviven con la naturaleza y la protegen; consumen
alimentos que ellos mismos producen y aprovechan todo lo que la madre
naturaleza les ofrece en cuanto a la producción de frutos silvestres.
Caballero Pavlovich es un consumador
cazador-explorador, quien en un plan investigatorio, también ha estado con los
mismos en diversos puntos de nuestro país y en la Unión Americana en entidades
como Nuevo México y Arizona, Colorado, Texas y Oregon, entre otros.
Ir, conocer las piezas a cazar, establecer
contacto con su gente y luego llevar a más compañeros, es la finalidad, al
margen de disfrutar sus vacaciones en el deporte que le apasiona; la cacería y
pesca deportiva.
Se tienen que cubrir una serie de requisitos
y, sobre todo, cumplir con sus normas y reglas, pues cualquier violación a
estas y cuidado, hay veto de por vida, aparte de una fuerte sanción económica
que nadie desea enfrentar y no por su costo, sino por perder la oportunidad de
convivir con la naturaleza y su fauna.
A pesar de que el viaje lo hizo en lo que
para los canadienses es el verano, se vive en esa `época un clima del desierto,
con un extraño calor en el día y frío en la noche; “ha sido uno de los veranos
más intensos, con temperaturas hasta de 24 grados”, dice.
Y planea una nueva aventura que tiene como
destino final Sudáfrica, por allá en el próximo verano, establece
Un vuelo de Tucson a Los Ángeles, California,
Estados Unidos, de allí a Vancouver, ya en tierras canadienses y de allí en
vehículo al destino final, en esos paradisíacos escenarios.
Va solo en este viaje, aunque su propósito es
organizar un safari con un numeroso grupo, ya sea de esta región o de otras
latitudes de nuestro país o bien de Estados Unidos, donde ha hecho migas con
otros cazadores, pues su espíritu ávido de aventuras le ha llevado a esos
lugares.
Antes que nada, describe, está el absoluto
respeto a la naturaleza; cazar lo que está establecido sin romper con el
entorno.
Son días en los que comparte con los amigos
hechos allí, con Choche, cuyo nombre desconoce, pero que le aplica el mote al
recordar a uno de los integrantes del desaparecido grupo musical Bronco, algo
que por supuesto desconoce el personaje en referencia.
México, Estados Unidos y Canadá han sido
testigo de sus cuitas y Sudáfrica es el siguiente objetivo.
Para poner a Guaymas en el plano
internacional de está práctica, así como lo han hecho otros guaymenses.
Con la diferencia de que Luis Rodolfo, quien
se desenvuelve como pez en el agua en los negocios de bienes raíces y otros de
la familia, pretende atraer visitantes al lugar que cuenta con la vista más
hermosa del mundo: San Carlos, Nuevo Guaymas.
Así transcurrieron los días de su gran
aventura en un Estado y país que actualmente en esa misma zona, debe estar a
bastantes grados bajo cero y que apenas en septiembre resintió la temperatura
más elevada de los últimos años; hasta 24 grados centígrados, algo así como lo
que nosotros tenemos, en pleno diciembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario