miércoles, 9 de enero de 2013

El más buscado: una novela para encontrar la realidad


Carlos Sánchez
La ficción se construye a partir del conocimiento de la realidad. Para hilvanar una historia se requieren datos, estadísticas, acontecimientos que sustenten lo que se cuenta.

En El más buscado (ed. Grijalbo), novela escrita por Alejandro Almazán, las voces de los personajes, el Chalo Gaitán, y el Cuervo, son argumentos contundentes, convincentes, para el lector. De ahí que la mirada permanezca sobre las páginas y encuentre esos escenarios tan bien descritos por el narrador y los protagonistas de la historia.

El lenguaje un acierto precioso porque en él estriba el ritmo mismo de la narración. Si en un texto no hay ritmo, difícilmente el libro permanecerá en las manos del lector. El más buscado: un canto constante. Sonido de corridos que se entonan al compás de acordeón y bajo sexto.

Un tesoro entonces los modismos, localismos, las frases convertidas en consignas, aforismos, el recurrente adjetivo “viejón” para referiste al otro en una conversación.

“Viejón”, expresión que ilustra de manera directa, perfecta, la identidad, la cultura, de quien la expresa. Decir viejón es saber que se dialoga con un narco, con un sicario, con una persona que por lo menos conoce ese mundo de violencia, de tráfico, la soterrada cotidianeidad que a diario cobra luz pública en los medios de comunicación. Y allí se sumerge el autor de la novela, en ese ejercicio de periodismo infrarrealista que ejerce desde muchos años ha.

En El más buscado se retratan las entrañas de las células del narcotráfico, de qué están hechos sus actores, protagonistas, cuáles fueron en su momento los códigos de la mafia, en qué momento se perdieron, y sobre todo se escribe la biografía del capo nomber guan de este país que somos: México. El más buscado, el menos buscado. Esto también queda claro en la obra de marras.

El Chalo Gaitán no es el Chapo Guzmán, pero mucho se le parece, comentó en una entrevista el escritor-autor, Alejandro Almazán. Y en efecto, el parecido de este personaje con la persona, no es mera coincidencia.

La única manera de acercarnos a las capacidades de uno de los mayores capos de la historia en el mundo, y verlo de cerca, escucharlo, sentirlo incluso, no puede ser de otra manera que a través de la ficción. Aunque una vez concluida la lectura, puede ocurrir que el lector entienda que en estos tiempos, y tal vez desde siempre, la ficción inventa la realidad.

Porque ante la violencia en contra de los periodistas, de los cuales el ochenta por ciento de los asesinados han caído en manos del gobierno, según el mismo Almazán, no queda otro recurso que plantear la vida cotidiana blandiendo como defensa la armadura de la palabra ficción. Aunque ésta nos lleve de la mano y nos explique con seudónimos, quienes construyen desde la mafia y la política, que podría ser un pleonasmo, la crisis social que nos arropa. Y por ende los sucesos que han marcado al país, incluido por supuesto el asesinato del Cardenal Posadas Ocampo.

El más buscado es una novela que en sus ciento ochentaiséis páginas no desperdicia renglón para contar la historia de un capo refugiado en la sierra y que en su afán protagónico, o incluso en aras de contar su verdad, manda a traer al Cuervo, cincuentón de cabello negro, escribano y compositor de corridos, para que cuente su vida.

De la intención de dar información para un corrido, cuando menos se piensa, el Chalo Gaitán ora se pasea por los años de infancia donde vende quesos, ora se va a la adolescencia y los regaños de su padre, de pronto ya la conversación sobre su deseo permanente por las muchas mujeres, ora su escalada en el cártel que ahora dirige, ora su aprehensión y como consecuencia los años para vivir dentro de una celda, ora el asesinato de su hijo y por lo cual mandó comprar todas las flores de Guadalajara y ponerlas en su ataúd.

En El más buscado los ojos del lector descubren a un capo sensible en cuyo rostro también las lágrimas le corren. Porque, no obstante tener la mente siempre puesta en las cifras monetarias, las toneladas de droga, el crimen como vía de aniquilación de los nombres que obstruyen el camino y avanzar, existe también la palabra pasión en el vientre de este muchacho apodado por Almazán como el Chalo Gaitán.

No de barbas el escritor Élmer Mendoza advierte en comentario de contraportada: “Si el Chalo Gaitán le roba el corazón, no busque a su terapeuta”.

Si usted requiere de información veraz sobre el narcotráfico en México, no busque Proceso, ni Milenio, mucho menos Reforma, El Excélsior, La Jornada. Busque El más buscado. Una novela para encontrar la realidad.

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