MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- El senador y
líder del sindicato de trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex), Carlos
Romero Deschamps, dio a su hijo José Carlos Romero Durán un costoso automóvil
que éste conduce en Miami: se trata nada menos que de un Enzo Ferrari.
El vehículo, de edición limitada, tiene un
valor de aproximadamente dos millones de dólares (unos 25 millones de pesos).
La marca italiana sólo fabricó 399 unidades entre 2002 y 2004.
Para adquirirlo, es necesario contar por lo
menos con dos vehículos Ferrari, demostrar solvencia económica, que el país
donde vaya a circular el auto cuente con una agencia automotriz de esa marca,
someterse a una sofisticada prueba de manejo y, por supuesto, pagar la unidad.
Deportistas famosos como Michael Schumacher;
artistas como 50 Cent, Eric Clapton, Pharrel Williams, Nicolas Cage y
petromillonarios como Al-Saas Al-Sabah, miembro de la familia real kuwaití y el
jeque Hamad Al Khalifa (príncipe heredero de Bahrein) poseen este tipo de
autos.
Además, el vehículo es uno de los pocos que
incrementa su valor al salir de la fábrica.
En mayo del año pasado trascendió que la hija
del líder petrolero, Paulina Romero, vive entre el lujo y la opulencia.
Sus excentricidades incluyen viajes por todo
el mundo en aviones comerciales como privados, comilonas en los restaurantes
más exclusivos, paseos en yates, y vinos con un costo de más de 10 mil pesos
como el Vega Sicilia.
Por si fuera poco, la hija del líder
petrolero también presume sus bolsas Hermes de miles de dólares, las que
considera sus “bolsas del Superama”.
También lleva a sus tres mascotas -los
bulldogs ingleses Keiko, Boli y Morgancita- a sus viajes,
donde descansan a sus anchas en salones VIP de exclusivas marcas y duermen en
los hoteles más caros de Europa, lujos que difícilmente un empleado de Pemex
-que durante los últimos cinco años ha reportado pérdidas económicas- podría
darse en toda su vida.
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